Es la hora, salgo del despacho a la velocidad del rayo y despido al guarda de seguridad: "¡Pasadlo muy bien por San Martín! ¡Está bonito en esta época del año!". Y tanto que lo estaba... pero no lo descubriría hasta la tarde.
Se va haciendo de noche, pese a que aún son las 20:30. Tras pasar el pueblo de San Martín de Castañar, en la provincia de Salamanca, los árboles se cierran poco a poco sobre nosotros, formando una galería de paredes y techos de melojo (Quercus pyrenaica Willd.). Manuel disminuye la velocidad para admirar y disfrutar el paisaje que nos rodea y tan distinto a los arenales de Valladolid a los que tan acostumbrados estamos.
Más tarde: encuentros, abrazos, risas e ilusión por hacer cosas, por pasarlo bien... por disfrutar de algo que hoy en día poco se aprecia y tan olvidado está: la Naturaleza.
Ahí está Mónica, la profesora que de forma tan altruista hace todo y más por sus alumnos, que nos da una calurosa bienvenida. Esta vez, son 47 las caras que nos observan... Unas con alegría por volverte a ver, otras con cierta curiosidad... Nuevas caras y otras ya conocidas. Pero eso no importa: el trato es como si nos conociéramos de toda la vida.
Juegos de la mano de "la profe" por la noche, grandes actuaciones... Pero pronto a la cama: al día siguiente, una marcha por la sierra nos espera.
Salimos del albergue. Se respira un aire jovial, feliz... Suenan canciones: la Sirenita, Oliver y Benji, los Pokémon... ¡Qué mas da! ¡La cosa es reírnos y pasar un buen rato!
Es precioso... San Martín del Castañar, hasta las Casas del Conde, pasando por Sequeros y luego otra vez a San Martín. Más de 14 kilómetros que transcurren por un bosque eurosiberiano húmedo, plagado de melojos (Quercus pyrenaica), castaños (Castanea sativa), rusco (Ruscus aculeatus), avellanos (Corylus avellana)... Un sin fin de especies verdes y hermosas frondosas que hacían de nuestro camino un placer para los ojos... Pero también una gran aventura: un recorrido con alguna que otra pendiente en la que había que apretar el paso... Zonas con avispas que había que evitar (pese a que más de uno se llevara un picotazo), más de un culazo... Pero cómo no, los chavales del Salinas, tan grandes como siempre, demostraron que pueden con todo y con más. Que el esfuerzo nunca es en vano... Que tenían un objetivo y lo cumplieron.
Es el último día y el bus nos espera en la puerta. Con ganas de quedarnos otros 5 días más (por lo menos), recogemos nuestras pertenencias. Cerramos la puerta, dejando dentro del albergue grandes momentos, risas y parlotadas. "Hasta la próxima"...
En fin, como veis un año más el Grupo Scout Laguna ha participado en tan grande actividad con Mónica, profesora del I.E.S. Las Salinas como coordinadora e impulsora. Sin ella, esta aventura nunca podría haber sido posible. Seguro que sus alumnos se lo reconocerán siempre y la recordarán como la gran profesora que es.
Acudió la misma generación de chavales que el curso pasado, solo que ahora, lógicamente, estaban en los cursos de 1º y 2º de bachiller. Estos son cursos difíciles. Pero si han podido subir el Teleno (más o menos) y haberse recorrido parte de la Sierra de Francia... ¿¡Qué no serán capaces de hacer!? Una pena que no hubiesen descubierto nuestro Grupo antes... ¡habrían disfrutado muchísimo! Deseo de todo corazón que les vaya muy bien y que repitan, siempre que puedan, experiencias similares... ¡Y qué narices! "¡Pasaros por el Cascajo algún sábado, jolín! ¡Que va siendo hora!"
Me gustaría agradecer también a D. Manuel Vaquerizo, Director del I.E.S. Las Salinas el esfuerzo que hace por que los estudiantes de su centro aprendan más y más cada día y sobre todo por dejar que vivan experiencias de este tipo, que seguro que recordarán toda su vida.
Un abrazo grande,
Buena caza y largas lunas a "mis chavales de las Salinas",
Nico